La visión holística de la Medicina Tradicional China
El origen de las enfermedades según la Medicina Tradicional China (MTCH) se explica como el resultado de un desequilibrio entre las energías del cuerpo y su entorno.
Esta medicina milenaria considera que la salud no depende solo del cuerpo físico, sino también del estado emocional, energético y espiritual del individuo.
Cuando el flujo del Qi (energía vital) se bloquea o se debilita, los órganos pierden armonía y surgen síntomas o dolencias. Por tanto, la enfermedad se percibe como una manifestación del desequilibrio, no como un enemigo externo a combatir.
La MTCH busca restaurar el equilibrio natural, favoreciendo que el cuerpo recupere su capacidad de autocuración a través de terapias como la acupuntura, la fitoterapia o la dietética energética.
Factores internos que generan enfermedad
Los factores internos están relacionados con las emociones y su efecto sobre los órganos. En la MTCH, cada emoción tiene una energía particular que, cuando se desequilibra, afecta directamente la fisiología.
Principales emociones que pueden enfermar:
Ira: daña el Hígado, generando tensión, dolor de cabeza o problemas menstruales.
Preocupación: afecta el Bazo, causando digestión lenta o fatiga.
Miedo: debilita los Riñones, provocando ansiedad o inestabilidad.
Tristeza: perjudica los Pulmones, generando cansancio y baja inmunidad.
Alegría excesiva: agita el Corazón, alterando el sueño y la concentración.
Cuando las emociones se reprimen o se expresan de forma excesiva, el Qi deja de fluir libremente, provocando bloqueos energéticos que se manifiestan en el cuerpo físico.
🔗 Fuente confiable: The Journal of Chinese Medicine explica que el manejo emocional es clave para la prevención de enfermedades dentro de la medicina china clásica.
Factores externos o climáticos
La MTCH reconoce también factores externos, conocidos como las seis energías perversas (Liu Yin), que pueden invadir el cuerpo cuando el sistema defensivo está débil.
Estos factores son Viento, Frío, Calor, Humedad, Sequedad y Fuego.
Ejemplos comunes:
Viento: causa cambios bruscos en los síntomas, resfríos o rigidez muscular.
Frío: genera dolor, lentitud y contracción muscular.
Calor o fuego: produce fiebre, inflamación o irritabilidad.
Humedad: provoca pesadez, retención de líquidos o problemas digestivos.
Sequedad: afecta la piel, garganta y pulmones.
Cuando una de estas energías penetra el cuerpo, se origina una alteración del Qi y de la Sangre (Xue). Si el cuerpo está fuerte, se adaptará; si está débil, la energía patógena permanecerá, dando lugar a la enfermedad.
🔗 Recurso recomendado: National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH) destaca la acupuntura como herramienta útil para equilibrar el flujo energético y tratar dolencias funcionales.
Factores no internos ni externos
Además de los factores internos y externos, la MTCH identifica otros factores mixtos que alteran el equilibrio energético:
Dieta inadecuada:
Exceso de alimentos fríos o grasos.
Comer con emociones intensas o en horarios irregulares.
Ingesta de alcohol o estimulantes en exceso.
Cansancio o sobreesfuerzo:
Agotan el Qi y debilitan el Bazo y los Riñones.
Actividad sexual excesiva o deficiente:
Daña la energía esencial (Jing), afectando la vitalidad.
Traumas físicos o emocionales:
Pueden estancar la sangre o el Qi, generando dolor y tensión interna.
La MTCH considera que estos factores actúan como “puentes” entre el cuerpo físico y el emocional, y deben corregirse para que el tratamiento sea verdaderamente efectivo.
El desequilibrio del Qi como raíz de la enfermedad
En todos los casos, el desequilibrio del Qi se considera la raíz común de la enfermedad.
El Qi puede:
Bloquearse (por emociones o estrés).
Debilitarse (por cansancio o mala alimentación).
Rebelarse (por exceso de calor o disfunción orgánica).
Cuando esto ocurre, los órganos pierden su comunicación natural y aparecen síntomas diversos: dolor, fatiga, insomnio, problemas digestivos o desajustes menstruales.
Por esta razón, las terapias chinas se orientan a restaurar la libre circulación del Qi, permitiendo que el cuerpo recupere su equilibrio interno y su capacidad de sanar.
Enfoque terapéutico de la MTCH
El tratamiento se adapta al tipo de desequilibrio y busca restablecer la armonía interna a través de distintas herramientas:
Acupuntura: regula el flujo de energía y alivia bloqueos.
Fitoterapia: utiliza combinaciones de hierbas que fortalecen los órganos afectados.
Moxibustión: aporta calor y energía a zonas con frío o debilidad.
Dietética china: promueve la ingesta de alimentos según la estación y la constitución energética.
Qi Gong y meditación: ayudan a calmar la mente y equilibrar las emociones.
Estas terapias permiten abordar la causa de la enfermedad y no solo los síntomas visibles.
La prevención como clave de la salud
La MTCH valora la prevención por encima del tratamiento. Se considera que mantener el equilibrio energético es la mejor forma de evitar enfermedades.
Consejos preventivos:
Comer con moderación y en horarios regulares.
Dormir adecuadamente y evitar el exceso de trabajo.
Practicar ejercicio suave y respiración consciente.
Mantener emociones equilibradas.
Adaptar la alimentación al clima y las estaciones.
Al cuidar estos aspectos, se conserva el flujo armonioso del Qi, fortaleciendo la resistencia frente a factores patógenos y mejorando el bienestar general.